En los dos últimos días se ha vivido una clara disminución de la tensión en la región de Donetsk, en el este de Ucrania. Las reuniones entre el oligarca local, y el más rico del país, Ajmétov y los representantes de Kiev empiezan a dar sus frutos a pesar de que los manifestantes siguen ocupando edificios oficiales. La promesa de mayor autonomía y la posibilidad de celebrar un referéndum en el futuro es lo que ha conseguido Donetsk públicamente, y con lo que parece que tendrá que conformarse por ahora. Ajmétov le ha ganado con claridad el pulso a Kiev y ahora habrá que ver como calma la protesta.
Las tensión que se vive en Donetsk en la última semana empieza a bajar paulatinamente. Ni los manifestantes ni las autoridades parece que vayan a llevar el conflicto a un nuevo nivel. Así el consejo revolucionario ha empezado a dar marcha atrás a algunas de sus iniciativas, como la pronta celebración de un referéndum sobre la autodeterminación de la región. Por su parte Kiev ha dejado cumplirse sin acción ninguna las 48 horas de ultimátum que dio para que se liberasen todos los edificios oficiales en manos de los manifestantes.
Todo ello ha sido posible por que las autoridades locales, los manifestantes y los representantes de Kiev han empezado a reunirse y a buscar vías de solución a la situación que se ha formado. Este diálogo ha sido posible por que Kiev ha dado marcha atrás en su intento de controlar totalmente la zona de Donetsk, y especialmente a Rinat Ajmétov, el oligarca más pudiente de Ucrania, y que controla la mayoría de las empresas de la región.
Ello no significa que las barricadas se vayan a desmontar en las próximas horas, o incluso días, pero si va a permitir volver al normal funcionamiento de todas las instituciones ucranianas en la región de Donetsk. Con el siguiente beneficio a las arcas ucranianas en forma de impuestos. Arcas que andan bajo mínimos y necesitan de todas las aportaciones posibles.
Apertura del diálogo
Oficialmente el diálogo lo han llevado a cabo los manifestantes con las autoridades de Kiev, siendo las autoridades locales meros mediadores. La primera reunión se celebró el jueves y en ella estuvieron los manifestantes que forman parte del consejo revolucionario y el gobernador de la región designado por Kiev, el también oligarca Serguei Taruta. Las autoridades locales estaban representadas por dos figuras muy cercanas a Ajmétov, el alcalde de Donetsk, Aleksander Lukianchenko y el jefe de la policía de la región, Konstantín Pozhidaev, lo cual deja claro que eran más que simples testigos de los hechos. El viernes el diálogo fue continuado ya por el propio Ajmétov con el primer ministro ucraniano Arseni Yatsenyuk, que vino a la región.
Como resultado de estas conversaciones el primer ministro se ha mostrado abierto a dar más autonomía a las regiones ucranianas, aunque ha evitado hablar de la federación que reclaman los manifestantes del este del país. Yatsenyuk también ha dejado abierta la posibilidad de celebración de un referéndum, aunque sin fecha concreta. Igualmente ha asegurado que el estado respetará el idioma ruso, mayoritario en el este de Ucrania. A cambio se lleva la promesa de que poco a poco las barricadas se irán retirando y se liberará el edificio de la administración local en Donets, y el cuartel de la SBU (la agencia de seguridad estatal ucraniana) de Lugansk.
Los manifestantes
Por el lado de los manifestantes las conversaciones ya se han hecho sentir. Así el consejo revolucionario ha vuelto a esa denominación en vez de la del gobierno temporal. También se empieza a plantear de una manera diferente la convocación y celebración del referéndum. Queda claro que no se va a celebrar a la manera de Crimea. La intención ahora es intentar hacerlo encajar en la legislación ucraniana. Es decir, la mayoría de las iniciativas están siendo recortadas hasta unos marcos viables para Kiev.
La marcha atrás que empieza a notarse sutilmente entre los lideres visibles de los manifestantes se está llevando con sumo cuidado. Según los planes no será hasta la semana que viene cuando se empiecen a liberar poco a poco los despachos del edificio de la administración local. Como sucede en el Maidán de Kiev, en Donetsk son muchas las personas sin trabajo y de otras regiones las que se han sumado a las protestas, y que viven en el edificio ocupado. Estos grupos suelen formar además el núcleo duro de las denominadas autodefensas, las fuerzas que deben defender el edificio de un posible asalto de las fuerzas del orden. Por todo ello, es importante para que la tensión siga bajando, que estos grupos poco a poco vayan cediendo terreno sin violencia.
Las autoridades de Kiev han ofrecido amnistía completa a todos los manifestantes que vayan abandonando las protestas, siempre y cuando acepten igualmente desarmarse. Se promete además a las fuerzas de autodefensa que podrán seguir vigilando la tranquilidad de Donetsk junto a las fuerzas de seguridad del estado, aunque esto todavía es una cuestión poco clara.
Peligrosa victoria de Ajmétov
Todo esto se puede interpretar como una clara victoria de Ajmétov. Kiev ha intentado presionarlo poniendo como gobernador de la región a un rival suyo como lo es el oligarca Taruta. Sin embargo Ajmétov le ha ganado el pulso al gobierno central. Lo ha hecho sacando a la gente, mineros en su mayoría, a la calle, y jugando la carta que más problemas le ha traído a Kiev últimamente, la idea prorrusa.
Todo ello lo ha realizado sin involucrarse directamente, posicionándose en todo momento como un interlocutor, pero les ha dado todas las facilidades a los manifestantes. La policía de la región no ha intervenido en ningún momento. Esa misma policía se ha negado seguir las ordenes de Kiev. Dejando al gobierno centras sin herramientas para poder sofocar las protestas de la misma manera que lo ha hecho en Járkov.
En la reunión mantenida el viernes con el primer ministro Yatsenyuk, Ajmétov ha roto el silencio de los últimos días y ha dejado clara su postura actual, “estoy en contra de ocupar edificios oficiales, en contra de la violencia, pero a favor de más autonomía para la gente de la región”. A cambio de las promesas hechas por Yetsenyuk mencionadas antes, Ajmétov le ha regalado un “Donbass (región donde está Donetsk) y Ucrania están unidos en mi corazón”.
Kiev se ha visto abocada a lidiar con la situación por su propia debilidad e intereses inmediatos. Los manifestantes entre otras cosas bloquean y siguen los desplazamientos de las unidades militares ucranianas. Esto en los momentos de tensión en la frontera con Rusia es un claro problema para Ucrania. Otro claro problema es la falta de poder de acción en Donetsk y Lugansk, donde la policía sigue las directrices de Ajmétov e ignora en su mayoría a las que recibe del gobierno central.
Con una situación que parece que está en vías de solución, ahora queda esperar que Ajmétov y su equipo pueda disolver paulatinamente en las próximas semanas todos los ánimos anti Kiev que ha animado para defender sus propios intereses. En caso contrario la situación puede evolucionar hacia una resolución violenta para desalojar a los manifestantes.
*Publicado originalmente en GARA (12/04/2014)