El pasado 6 de junio publiqué en Twitter que Petro Poroshenko habría pagado a grandes medios españoles, señalando concretamente a El Mundo y El País, para mejorar su imagen (AQUÍ). No es opinión. Es información. Cuando he estado en Ucrania y al tratar con gente del mundo del periodismo, promoción política y personas de ámbitos cercanos a la política me han comentado este hecho. Unas fuentes que disponen de toda mi credibilidad. En otras ocasiones no me han fallado. Y podría aportar pruebas. Es una realidad.
Como es lógico el tuit no pasó desapercibido, provocando una serie de reacciones en varios sentidos. Entre los seguidores y también entre periodistas que tratan este tipo de temas. También Russia Today, que el mismo viernes se puso en contacto conmigo para preguntarme sobre el asunto. Les dije básicamente lo mismo que apunté en Twitter, pero algo más ampliado por la posibilidad de no limitarme en el espacio (AQUÍ). Sin aportar la fuente, obviamente. Un periodista siempre tiene que cuidar de sus fuentes. Es de primero de carrera.
Varios colegas periodistas me han preguntado al respecto. Alguno indignado, ya que trabaja en los citados medios. Todo normal hasta el momento que uno de los aludidos, inexplicablemente, ha mencionado a ETA (por mi colaboración con Gara y la supuesta relación, rebatida judicialmente, de este medio de comunicación con el terrorismo). Y me lo dicen desde El Mundo. Habría que recordarle al que me inquiere de esa manera las declaraciones de Antonio Trashorras (no hace falta que os recuerde quién es): “Mientras El Mundo pague, yo les cuento la guerra civil” (AQUÍ). Pero no vamos a seguir con eso. El nuevo director de ese medio, Casimiro García-Abadillo ya lo dejó claro: “Dimos crédito a algunas informaciones faltas de rigor, que sólo tenían como fin confundirnos y llevarnos a un callejón sin salida” (AQUÍ).
Otros han empezado a gritar a los cuatro vientos que El País y El Mundo manipulan. Tampoco es eso. Son como son y escriben lo que escriben, como hacemos todos. Hacen mucha información buena, supongo (no leo ni la cuarta parte por falta de tiempo), pero otra, de la que yo entiendo, es mejorable en algunos casos. También publican textos excelentes, pero otros no lo son. No hablo sobre textos de opinión, me refiero a artículos y reportajes sobre la actualidad de lo que sucede en Ucrania.
Y llegamos a la cuestión del pago para lavar la imagen del nuevo presidente ucraniano. Ese contacto entre la gente de relaciones públicas de Poroshenko y los medios citados se han producido, y satisfactoriamente según la gente cercana al oligarca. No tengo la información detallada del contenido de esos encuentros, pero sé que se han producido. Eso es todo. A partir de esto cada uno puede opinar lo que quiera.
Es prácticamente de dominio público que muchos países pagan a medios y periodistas para determinados temas. Israel es el caso más clásico, pero no el único. Por lo tanto no es nada del otro mundo que un oligarca multimillonario y encima presidente de un país tenga contactos con los dos periódicos más importantes de otra nación. No seamos ingenuos. Eso no quiere decir que los haya comprado, ni mucho menos, no interpretéis que ahora El País o El Mundo son suyos, pero contactos ha habido. También los ha habido con medios de Francia o Alemania, igual de satisfactorios. En Italia, por ejemplo, Poroshenko no ha tenido tanta suerte, por ahora.
Un último apunte. Al grito ese de “¡dame pruebas, quiero todos los detalles!”. Muy bien. Pagad el reportaje al respecto y lo tendréis. Pero hasta entonces, no. NO. El periodismo es información, la recogemos sobre el terreno y la explicamos a cambio de un sueldo. Leer Twitter es gratis, por lo tanto, como todo lo gratuito, hay limitaciones.
Es exactamente como lo cuentas Pablo, todos pagan de una u otra forma, como Ansar en su epoca, o Putin ahora en Francia, o cualquiera, pero eso no implica que el medio o el periodista profesional se venda o manipule. En algun trabajo he sido yo el que ha hecho «algun favor» a algun medio para tener espacio en sus paginas, pero ninguno serio ha aceptado jamas que les dictase lo que tenian que escribir.
El que escribe opinion tampoco se vende para mi, porque queda claro que escribe como propagandista y eso es correcto.
Lo impresentable es la propaganda encubierta, o las medias verdades que enganan al lector, como mostrar solo las burradas de los prorrusos en Ucrania, o solo la de los ucranianos. Ambos se estan portando como animales, con muchos muertos, y no comprendo como hay gente que parece tratar el tema como si hablasemos de futbol y argumentando con emociones, porque si las imagenes que muestran son verdad, tambien lo son las que muestran los otros.
Insistir con las mantanzas solo sirve para separar mas a un pueblo que esta mas que separado. El querer demostrar que el otro es «mas malo» que yo no me hace bueno, pero si deja claro, a quien tenga algo de criterio, que yo tampoco valgo gran cosa.
Hablar tanto de sangre va a traer mas sangre. No se trata de ignorar la realidad de lo que ocurre en ambos lados, pero mantengamos la etica profesional y no echemos mas lena a un fuego que esta fuera de control.