Hoy hace justo dos años de la creación del fondo Boris Nemtsov para la Libertad. Personalmente yo nunca conocí a ese político ruso, ni siquiera lo vi de lejos como a un Obama, Merkel o incluso Aznar que sí he visto alguna que otra vez. Aun así me chocó en sobremanera su asesinato. Me encontraba en Kiev el 27 de febrero de 2015, e incluso allí con la catástrofe de Debaltsevo bien viva la gente quedó impresionada por lo ocurrido.

Ya han pasado dos años desde la creación del fondo.

Una idea del mismo Boris Nemtsov. Desde entonces su hija Zhanna y la dirigente oficial del fondo Olga Shorina han hecho un gran trabajo. Soy tremendamente escéptico con cualquier iniciativa de fondos, think tanks y otras organizaciones similares. Sin embargo en esta ocasión no me cabe duda de que es una iniciativa sincera para ayudar a conectar a rusos y europeos. No para promover revoluciones de colores, no para luchar contra una figura u otra mediante la crítica feroz, con razón o no, sino para intentar mejorar la propia Rusia mediante el contacto de personas.

Para quién esté interesado, que sepa, el fondo Boris Nemtsov de momento hace dos iniciativas anuales, una es el premio del fondo, que se entrega todos los años coincidiendo con la fiesta nacional de Rusia el 12 de junio, la otra es el foro coincidiendo con el cumpleaños de B.Nemtsov el 9 de octubre. Por ahora las dos iniciativas se hacen en Alemania, pero quién sabe si en el futuro se podrán hacer en la propia Rusia.

Cualquier iniciativa que junte a la gente de los dos lados teóricos de las barricadas para que puedan hablar y conocerse, intercambiar opiniones, discutir, me parece que debe ser apoyada. Ese diálogo directo puede y debe ser un antídoto a la guerra de propaganda, término que no me gusta, o guerra de la información, este sí es más preciso, que se desarrolla ahora. Por eso, las iniciativas como esta que promueven el diálogo sin condiciones previas son tan importante para nuestro futuro común en el espacio europeo.
Larga vida a esta iniciativa nacida de la desgracia, pero que no promueve el odio o la venganza, sino el diálogo para mejorar todos juntos. Suena utópico, pero alguien lo intenta hacer, poco a poco y paso a paso.