Rusia celebra este domingo una jornada de elecciones en varias regiones, siendo los comicios de Moscú los más importantes. La capital rusa es la ciudad más grande del país, y una de las urbes más importantes del mundo. Sobyanin, el candidato oficial del Kremlin se enfrenta a Navalnyi, el líder opositor más importante del país.
Este domingo por primera vez desde 2003 los moscovitas van a poder elegir a su alcalde. Este puesto es considerado el tercer cargo más importante del país, tras el de presidente y el de primer ministro, por el peso político y económico de la capital rusa. El alcalde en funciones y candidato respaldado por el Kremlin Serguei Sobyanin se enfrenta al líder opositor más popular de Rusia, Alexey Navalnyi. A parte de ellos dos, en las elecciones tomarán parte otros cuatro candidatos, aunque de un peso político claramente menor y escasas posibilidades de pasar incluso a una hipotética segunda ronda.
Moscú es, además de la capital, la mayor ciudad de Rusia, y uno de los centros político-económicos más importantes a nivel mundial. Tiene oficialmente cerca de doce millones de habitantes, aunque la aglomeración junto a municipios cercanos supera los 15 millones de personas. El sueldo medio de Moscú se sitúa en los 54 mil rublos (unos 1.235 euros), lo cual es el doble del sueldo medio ruso 27 mil rublos (unos 620 euros). La capital representa algo más de la quinta parte del PIB total de Rusia, a pesar de ser menos del 10% de la población total. La venta al por menor de Moscú supone cerca del 30% del total de Rusia. La tasa de paro en la ciudad es del 1% de la población.
Esta prosperidad económica comporta por otro lado bastantes de los problemas que le preocupan a la gente. El precio medio del metro cuadrado en Moscú es superior al de Berlín o incluso Nueva York, lo cual hace que cada vez sea más difícil adquirir una vivienda propia. La cantidad de coches ha crecido exponencialmente desde la desintegración de la URSS, lo cual provoca el colapso del tráfico de Moscú en numerosas ocasiones. Otro problema es la inmigración de la ciudad. Según datos oficiales, cerca del 10% de la población de la ciudad es extranjera, en su mayoría proveniente de los países de Asia central y del Cáucaso. Datos de algunas ONGs hablan incluso de un porcentaje cercano al 20% de población extranjera en Moscú. Esto provoca que una de las mayores preocupaciones de los moscovitas sea la inmigración (más del 60% están preocupados por ello) que vive en la ciudad.
Candidatos
Serguei Sobyanin (Nyaksimvol, 1958) es el máximo favorito. Desde que ocupó el cargo en 2010 tras la destitución de Yuri Luzhkov (alcalde de 1992 a 2010) ha hecho un trabajo que le ha aportado cierta popularidad en la capital rusa. Aprovechando esta popularidad, y en un intento de legitimar su presencia en la vida política, Sobyanin se ha presentado a las elecciones como un candidato libre, sin el apoyo oficial, aunque sí de facto del partido de Putin, Rusia Unida. Para ello ha tenido que conseguir 120 mil firmas de apoyo de moscovitas, trámite que ha superado sin problemas aparentes.
Ello se debe a que bajo su mando se han empezado a combatir algunos de los problemas que más preocupan a los moscovitas. Los atascos, que si bien siguen siendo enormes, han empezado a bajar bajo su gestión, y se prevé que esta tendencia continué en los próximos años según se vayan acabando los diversos proyectos de mejora y ampliación de las principales vías de la capital.
Sin embargo, otros de sus logros han sido más discutidos. Se han limpiado e incluso cerrado numerosos mercados, algunos de ellos ilegales, dentro de la ciudad. La mayoría de comerciantes y trabajadores de estos mercados son inmigrantes. Ello ha supuesto también que en los últimos meses se ha intensificado la caza al inmigrante ilegal. Si bien, estas medidas están bien vistas por la mayor parte de la población, es discutible la manera con la que se realizan los controles (aleatorios y discriminatorios según muchas ONGs), sobre todo contra unos inmigrantes que tienen su nicho en el mercado laboral de Moscú ya que son una mano de obra barata y a día de hoy difícilmente sustituible.
De la gestión de Sobyanin quizás el hecho que mayor resonancia internacional haya tenido es la contínua prohibición total de los Gayparade en Moscú. Las autoridades de la capital se han enmarcado, al igual que las autoridades del país, en una cruzada anti homosexual que aun siendo compartida por una parte importante de la población, les ha traído numerosas críticas. Se han celebrado numerosos actos de protesta a lo largo de los últimos meses, pero no parece que ni en Moscú, ni en el resto de Rusia se vaya a ver un cambio de postura por ahora.
Sobyanin tampoco se libra de las críticas típicas de toda la clase política rusa. La participación de familiares, en su caso sus hijas, en negocios vinculados a la administración del estado. Así asociaciones anticorrupción han intentado sin éxito que explicara la procedencia del dinero con el que se han adquirido los pisos de lujo en Moscú y San Petersburgo donde viven sus hijas. A pesar de todo ello los sondeos le dan la victoria a Sobyanin, que promete seguir en el rumbo ya emprendido, con un porcentaje cercano al 60%.
El otro gran candidato al puesto de alcalde es Alexey Navalnyi (Butyn, 1976). Este joven opositor sigue su cruzada contra los actuales inquilinos del Kremlin, contra los que publica periódicamente pruebas de corrupción, a las que ni la policía ni la fiscalía rusa suele hacer demasiado caso. Caso que sí hizo a unas acusaciones por estafa vertidas contra Navalnyi. El primer juicio se anuló en 2012 al no verse indicios de delito, pero se volvió a repetir este año, saliendo Navalnyi condenado a una pena de cinco años de prisión. Sin embargo, en un giro de guión que puede calificarse ya de típico de la Rusia de Putin, al día siguiente Navalnyi era liberado bajo la promesa de no salir del país, y se le permitió concurrir a las elecciones para alcalde de Moscú.
El programa de Navalnyi promete ante todo transparencia en una futura gestión de Moscú. Una disminución de la corrupción y una mejora de la ciudad en todos los aspectos. Aunque hay temas en los que el candidato no se moja tanto, como son la inmigración o la celebración de los Gayparade. Ello quizás se deba a que hace años se pronunció en contra tanto de los inmigrantes como de la celebración de actos de índole homosexual. Poco a poco ha ido cambiando de postura en estos años hacia una visión más liberal en ambos asuntos, sobre todo en lo que respecta a los Gayparade. Los sondeos le auguran un porcentaje cercano entre el 10 y el 20%. La entrada en una hipotética segunda ronda contra Sobyanin sería el mayor éxito al que podría aspirar según varios analistas políticos.
Las anteriores elecciones se celebraron en Moscú hace diez años. En 2004 el presidente Putin suprimió las elecciones de gobernadores y ciudades con estatus federal (Moscú y San Petersburgo). A partir de entonces el parlamento de la región le proponía candidatos al presidente hasta que éste aceptaba alguno. En 2012 el entonces presidente Medvedev devolvía las elecciones directas a las regiones.
No parece que estos comicios vayan a despertar demasiado interés entre los moscovitas, ya que se prevé una participación algo por debajo del 50% del electorado. El resultado tampoco presenta incógnitas, siendo una vez más el candidato apoyado por Putin el máximo favorito al triunfo. Sin embargo, poco a poco una nueva ola política se va haciendo presente en la vida del país. Siendo Moscú la ciudad donde son más fuertes las ideas opositoras a Putin, se observa cómo poco a poco estos opositores van intentando consolidarse como la segunda fuerza política de la capital. Está por ver si conseguirán exportar con éxito sus ideas hacia otras regiones, pero por ahora le mantienen el pulso al Kremlin. Para los analistas el éxito se les presume cuando consigan pasar de ser una fuerza puramente opositora a ser una alternativa política real para la gente que vota a Putin y a su partido Rusia Unida.
*Publicado originalmente en GARA (07/09/2013)