Kiev acusa a miembros del anterior ejecutivo presidido por Víctor Yanukovich de estar tras los sucesos ocurridos en el este y sur de Ucrania. La mayoría de estas personas se encuentran en la ciudad rusa de Rostov. La agencia de seguridad ucraniana, el SBU, ha interceptado numerosas llamadas desde esa región a los responsables de las protestas de las ciudades de Donetsk, Slovyansk y Kramatorsk. Las protestas de Odessa que han llevado a más de cuarenta muertos también han sido provocadas según diferentes informaciones por gente cercana al depuesto presidente Yanukovich.
Todo ello según las autoridades ucranianas es una clara señal de la participación de Moscú en todos los sucesos que han llevado a lanzar la operación militar. El derribo de dos helicópteros del ejército ucraniano en la zona de Slovyansk durante la jornada del jueves es otra muestra según Kiev que los servicios secretos rusos están participando activamente en la organización de las protestas del este del país. Así el ministro del interior ucraniano Avakov ha declarado que la existencia de misiles antiaéreos entre los activistas prorrusos y su correcta utilización es una muestra de que son profesionales los que ejecutaron esa acción.
Las acusaciones de Kiev también tienen que ver con los sucesos ocurridos en Odessa. Así según las autoridades ucranianas fue gente cercana a Yanukovich la que aprobó la llegada a Odessa de un tren especial de nueve vagones con más de cuatrocientas personas procedente de Simferópol. La entrada de este tren en territorio de Ucrania continental desde Crimea fue permitida por el jefe de las tropas de frontera ucranianas, el hermano de Vladimir Litvin un destacado diputado del Partido de las Regiones, al que pertenece Yanukovich.
Sin embargo, el gobierno de Kiev no comenta, ni condena, los sucesos que han llevado a la muerte de decenas de personas por todo el país. Tanto por los enfrentamientos, como por la acción de la policía y el ejercito. Lo cual da lugar a diferentes interpretaciones de los hechos.
Versión rusa
Para Moscú, Kiev ha activado las operaciones militares en el este del país solo por la existencia de la exigencia del FMI de tener el control de todo el territorio del país para poder recibir el préstamo de ayuda económica. Según las autoridades rusas esa es la razón para volver a activar el servicio militar obligatorio en el país. De otra manera Kiev no hubiera tenido efectivos para llevar a cabo la lucha contra los activistas prorrusos.
De igual manera Rusia dice que ha perdido su influencia sobre los prorrusos. De esta manera Moscú intenta desmarcarse de lo que los activistas armados puedan hacer en su resistencia ante las exigencias de Kiev. A pesar de ello, Kiev ha hecho públicas conversaciones entre activistas prorrusos y representantes del Kremlin que desmienten esta supuesta perdida de influencia.
A pesar de todo, el peligro de una guerra civil parece cada día más cercano tras los últimos sucesos, los cuales han costado decenas de vidas. La operación militar continua en el este del país, mientras los choques entre los simpatizantes del actual gobierno de Kiev y los activistas prorrusos se radicalizan. Ni Kiev, ni Moscú parecen estar por la labor de frenar la ola de violencia.
*Publicado originalmente en GARA (04/05/2014)